De la poesía de la veracruzana Maryángel Gasca
Inquietud
Hay paraguas en el desierto semienterrados.
A quién le importa su esqueleto resquebrajado y su media sombra,
demasiada carga para ir … tras la ilusión del oasis
Hostia
De las fauces de la serpiente aparece
un disco áureo que trago como hostia
alzase la llama morada en la Morada del Sol
gira
gira
gira
el Amor
hasta convertirse en flor,
entonces, la lunita nueva
abre el camino de la reverdecida lluvia
eleva el corazón de los eternos amantes
como papalote inviolado de todas las épocas
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Flor Salvaje
Cuelga nuestro rostro como flor salvaje,
hay fuego en el sonido blanco.
Circulan los acordes del silencio
en el telar que envuelve a la rosa
por sus dos orillas, sueña el mundo
los ojos de milflores en las alas
de la mariposa fáustica que
poliniza el entrecejo del tigre
abismo apocalíptico de la gran serpiente
de un árbol que no pertenece a ninguna parte
Jugar con el juego dejó de ser
pasatiempo de los dioses
Sin ruta de escape
Cambio de casa continuamente,
el fantasma también se muda conmigo.
No importa que tan lejos vaya,
ese enemigo siempre está detrás de mí.
No hay ruta de escape.
Le gano una batalla y provoca una guerra más grande.
Agotadas todas las reservas, resuelto en Espíritu,
He decidido hacerlo mi amigo.
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