HALLAZGOS
ARQUEOLÓGICOS EN EL PRIMER CUADRO
Por Gloria Valencia Vargas
Tulancingo fue densamente poblado antes de la llegada de los españoles, así lo atestiguan los vestigios arqueológicos encontrados en diferentes lugares, cuando se menciona la arqueología de Tulancingo siempre se piensa en Huapalcalco y Zazacuala estos maravillosos sitios. Pero en cada metro cuadrado de suelo que pisamos en este país y en este valle existen huellas del patrimonio arqueológico.
En últimas décadas en
la esquina de Cuauhtémoc e Hidalgo han sido encontrados restos
prehispánicos de cerámica y obsidiana lo cual echa abajo la versión de los
arqueólogos del Centro INAH Hidalgo que en el primer cuadro de la ciudad
no había ningún asentamiento importante. Algunas personas han pasado por los
lugares mencionados encontrando entre la tierra fragmentos cerámicos y pétreos
dando aviso a INAH Hidalgo, otros restos óseos y cerámicos se hallaron en el
Jardín del Arte sin que fuera atendida la petición por los arqueólogos para ser
estudiados.
Hace 20 años en la
calle de Luis Ponce, se hallaron restos de vasijas ceremoniales, el hallazgo fue
reportado a INAH y hasta la fecha no hay ningún estudio.
En junio 2 de
1993, se levantaron las banquetas en la calle de Bravo, donde se
descubrieron importantes restos prehispánicos teotihuacanos y chichimecas.
“Vestigios prehispánicos, del periodo denominado preclásico (500 años a.
C. y 100 años d. C ), fueron hallados a escasa profundidad del suelo,
durante los trabajos de restauración de aceras que efectúan empleados
del ayuntamiento en la calle Bravo, cerca de 21 de Marzo. El hallazgo
atrajo la atención del Centro Regional del INAH Hidalgo, quien envió al
arqueólogo Carlos Hernández Reyes a realizar una investigación en lo que
fue llamado Rescate de un día, ya que posteriormente continuarían
los trabajos y al filo de las 7:30 de la noche ya habían concluido.
Entre
los objetos encontrados están fragmentos de cerámica y obsidiana entre
los primeros destacan figurillas de un guerrero con su hacha de combate;
un cascabel de barro, un sacerdote con tocado de plumas y símbolos de
los ciclos del agua así como un tambor decorado en bajo relieve…”
Muchos bienes e
información se pierden por la ignorancia a y apatía de los funcionarios
encargados de la preservación del legado arqueológico
EN
1994, una pérdida muy dolorosa del patrimonio cultural fue la demolición
de un montículo prehispánico junto al Templo de la Expiración, para construir un
anexo al templo.
El patrimonio arqueológico es
de interés de todos los mexicanos y todos debemos formar parte en las acciones
para conservarlo.
“Queremos que la gente se interese por su historia, por sus raíces,
por esta razón queremos que la población nos apoye a preservar edificios,
documentos históricos, y zonas arqueológicas que son de gran valía y que poco a
poco se van perdiendo por la mano destructiva del hombre”. Ing. Jorge
Ocádiz.
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