Doy mi des/nombre a México
por Griselda Gómez de Córdoba, Argentina
Decapitación de la mazorca
Gusanos del nopal
Mis sandalias rotas
Quiero en mi boca el rojo diminuto
Dulce rodar en dedos primitivos
Para dejar en las laderas
La estirpe de lagartos
Hombres quietos
Guerreros y alfareros
Cuidando Casa de Madera
Círculo que va por altar y por estela
Principios pinturas altas
En cueva y cáliz de la sierra
Las aguas que no probé
Las pérgolas de la plaza
El rezo en Tezontepec
La caminata hacia Huehuetla
La sangría roja y amarilla de Pachuca
Enseñanzas de Ernesto
Poesía costeña de Fernando
Cuentos de Omira
Carcajadas de Malú
Lenguas Margaritas de Maigualí
Algodones postizos en las barbas de Franco
Atuendos de Armando
Decires y terquedades de Helmut
El traje gris y la cámara errante de Marcos
Las ironías de Carlos
Vidaluz en lentos pasos
Monólogo mapuche de Daniela
Selvas de Pedro
Versos y protestas de Omar
Las ediciones de Mónica
La consecuencia de Ulises Paniagua
La gorra marrón del maestro Saúl
Guisados de penca
Café canela panes y plátanos
Merodeos zopilotes
Las tres camas doble plaza
Cuchetas del albergue
Perros flacos
Lavar ropa en baldes
Colgarla sin prensas
Bajo sol cruzado por los tordos
Y si vuelan bombachas me divierto
Sigo dando vueltas
Con los mismos presagios
Del ir que suelta
Nicaragua Brasil
Venezuela Costa Rica
Chile Verde y Rojo
En marca de los labios
Semejante a la tuya
Ahí tan lejos
Donde cantan los Coyotes
En trenes urgentes
Donde multitudes
Aplastan sus regresos
En riegos servidos de las plazas
En la casa de gobierno
Que no entra en la lente
En la catedral primera
Y en la catedral segunda
En el sahumo que todavía
Me lava y salva
La
estrofa tercera refiere a los escritores y
poetas latinoamericanos Cristina de la Concha
Ortiz, Ernesto Kahan, Fernando Saavedra, Omira
Bellizzio, Malú Otero, Maigualida Pérez, Franco
Garibaldi, Armando Azcuña, Helmut Jeri Pabón,
Marcos Rodríguez Leija , Carlos Villalobos,
Vidaluz Meneses, Pedro Vargas, Omar Hefling,
Mónica González Velázquez, Ulises Paniagua y
Saúl Ibargoyen.. Y a Daniela Sáez (actriz,
directora teatral).
por Griselda Gómez de Córdoba, Argentina
Voy hacia el poniente
Quiero ritos del maíz y de la lunaDecapitación de la mazorca
Gusanos del nopal
Mis sandalias rotas
Quiero en mi boca el rojo diminuto
Dulce rodar en dedos primitivos
Para dejar en las laderas
La estirpe de lagartos
Hombres quietos
Guerreros y alfareros
Quiero Huapalcalco
Al guía apedreadoCuidando Casa de Madera
Círculo que va por altar y por estela
Principios pinturas altas
En cueva y cáliz de la sierra
Las aguas que no probé
Las pérgolas de la plaza
El rezo en Tezontepec
La caminata hacia Huehuetla
La sangría roja y amarilla de Pachuca
De los visitantes de México quiero
Ceniceros repletos de CristinaEnseñanzas de Ernesto
Poesía costeña de Fernando
Cuentos de Omira
Carcajadas de Malú
Lenguas Margaritas de Maigualí
Algodones postizos en las barbas de Franco
Atuendos de Armando
Decires y terquedades de Helmut
El traje gris y la cámara errante de Marcos
Las ironías de Carlos
Vidaluz en lentos pasos
Monólogo mapuche de Daniela
Selvas de Pedro
Versos y protestas de Omar
Las ediciones de Mónica
La consecuencia de Ulises Paniagua
La gorra marrón del maestro Saúl
Quiero mezcal y cucharón repleto
Comer gallina con cucharaGuisados de penca
Café canela panes y plátanos
Merodeos zopilotes
Las tres camas doble plaza
Cuchetas del albergue
Perros flacos
Lavar ropa en baldes
Colgarla sin prensas
Bajo sol cruzado por los tordos
Y si vuelan bombachas me divierto
Con los mismos presagios
Del ir que suelta
Y cerca quiero
Las voces de Israel Perú Nicaragua Brasil
Venezuela Costa Rica
Chile Verde y Rojo
En marca de los labios
Porque aquí ronda constante
La balada de México
México recíbeme
Esta lenguaSemejante a la tuya
Ahí tan lejos
Donde cantan los Coyotes
En trenes urgentes
Donde multitudes
Aplastan sus regresos
En riegos servidos de las plazas
En la casa de gobierno
Que no entra en la lente
En la catedral primera
Y en la catedral segunda
En el sahumo que todavía
Me lava y salva
En esa percepción
Que viene desde los pies
En sensación
Callada de volcanes
Quiero mercados donde
Hospedar mi hambre
Y me dan los buenos días
Sopas picantes
Dientes blancos bigotes y guitarras
Ahí me viene la risa
Sorpresa de llegarme sola
En lejanía de los llantos
Quiero murales de Zapata
Y de los otros que ayudaron
Ojos brillantes y trenzas perfectas
De los niños de Santa Úrsula
Sombreros altos revoluciones
Quiero el comando por el agua
Gallos libres en calle alzada
Hacia el ocaso
El relojero que me regaló
La pila del reloj
La chica que lo llevó
Y me lo trajo marcando exacto tiempo
Los patos que no vi en bus del precipicio
La feria de ropa usada
La blusa celeste y la campera verde
La virgen repleta de guirnaldas
Espejitos colgantes
El cielo despejado y la niebla del río
De abajo subiendo
El santo de la muerte con capucha negra
Y los jarrones con flores claras
Quiero los aros rojos
Corales partidos
La piedra robada
Las larvas de hormigas
Ofrecidas en el plato
En des/nombre de mis ancestros
Quiero arrancarme el nombre
Y el habla
Pedir perdón
Hincada frente al Templo Mayor
Por tanto entierro inútil
Por silencio de signos y siglos
De robar de violar
En destello y sepultura
Quiero la calle gris del Zócalo
Los murales
El viento de Tula
Y la serpiente quieta
Flautas pulseras
Toldos alzados hacia el cielo
Quiero los chicharrones
Que cuelgan
Frijoladas
Comprar zapatillas por catálogo
Frutos amarillos y naranjas
Piñas en centro de masa dulce
El único pan salado de la fuente
Quiero el tequilla de los maestros
La cuna de los Tepehuas
Las raíces toltecas
Y salucita salud argentina
Ahogada en humildades
Caracoles soplados
En ritual de los puntos cardinales
Cruzar la sombra del cielo
Y bajar los peldaños de ciudad
Tragada por el agua
Sepultada robada por España
Quiero las voces bajas
Las que reptan en las nubes
Mixcóatl
Casa Azul y ortopedia
La silla de ruedas el atril de madera
La explosión de las sandías
Quiero la morfina y el tabaco
La revolución de allá y de acá
Hablo de Frida
De su amor por la vida
Quiero cruzar la Zona Rosa
Los edificios plateados
Las palmeras
Y volver a trepar la sierra
Donde la especie nuestra
Por sed por ver
Se muda a ser humano
Quiero el jardín del hotel Colonial
Las banderas de los poetas
El baño del subsuelo
Las calaveras de piedra
Recordación de fundadores
Canastos y semillas
Los fuegos el juego de pelota
Trapos agitados
Del centro de las flores
Las guirnaldas de Santa Rita
Bermejas y Naranjas
Las cañas cortadas al azúcar
Ustedes saben lo que no quiero
Ni cuerpos despellejados
Colgados en los puentes
Ni tiros cruzados
Ustedes saben que sé
Lo que no quieren
Ni maestros hambreados
Ni pueblos sedientos de la sierra
Saben bien que no quiero
Lo que nadie quiere
Del blanco dardo que mata por las tardes
Quiero que esa larga
Línea de México que me tuvo
Me tenga en el costado para siempre
Porque me ha trazado
Y me levanta
En estas voces
Que lejos de encallar estallan
Estas voces
La mía la del poema.
Griselda Gómez
Diciembre 2013
Griselda
Gómez, de Córdoba, Argentina, nos envía este
poema que viene a ser una crónica del 5º
Encuentro Latinoamericano de Escritores Hidalgo
2013, su paso por nuestro país como parte de
este encuentro y su visita a la ciudad de
México.
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